Cuando se cuenta un secreto,
cuando se comparte entre dos,
deja de secreto
pasa ser una confesión.
Si la confesión se escucha,
si la roba un ladrón,
es probable que se muera
y se convierta en oración.
Mas si la oración sobrevive,
y la adopta el corazón,
se repite bajos los cielos,
disfrazada de canción.
Con el tiempo, vida mía,
en los pueblos quedara
solo una melodía
de lo que alguien ha de contar.
Pero nunca falta alguno,
que se apodere de la letra,
escribiendo en un verso,
la oración como poeta.
Y si son de amor los versos,
nacerá la confesión,
a la persona amada,
a la que se entrega el corazón.
Pues así el secreto renace,
sin saber del pasado.
Como nuevo, como único,
como secreto enamorado
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