4.3.13

Rótulos




Como única en mi especie, debo decir,  que me siento confundida. 
Puede que ante tus ojos sea simplemente una mujer, puede que para quienes me conocen sea una conocida y en el mejor de los casos, una amiga especial. Para mis hijas, soy su madre y para mi madre soy su hija. Una existencia llena de roles a los cuales,  por momentos olvido. Soy tan única como tú. Dentro de mí, existe un universo que es sólo mío, el cual puedo compartir pero nunca exponerlo. Mi dolor, es definitivamente el mío, mis alegrías, mis frustraciones, mis silencios, mis logros, mis secretos..., son sólo míos. Ninguno de ellos puede ser comparado. He llegado a la conclusión,  que en lo único que mi universo puede asemejarse al tuyo, es por sus infinitos rótulos.

¿Quién ha podido afirmar hasta ahora, que cuando sufres y lloras sientes lo mismo que yo? 
Puedo entenderte, ver tu sufrimiento en tus lágrimas y de hecho, yo empleo la misma metodología para expresar un sensación similiar. Pero..., nada es igual. Somos dos seres únicos, completamente diferentes. Hay quienes superan y asimilan los momentos y eventos, hay quienes no lo logran.

Denominamos los procesos tan sólo para entendernos, no para identificarnos. 
Es sabido que ante una misma situación, dos personas contemplan dos sucesos. Ninguno puede ver lo que el otro es capaz; dos puntos de vista completamente desiguales. De ahí surgen la experiencia, los recuerdos, la personalidad, etc.

La confusión radica en quién soy y en quién me he covertido. 
¿He sido completamente consciente de mí? La respuesta es: no.
He vivido para agradar y complacer al mundo sin la menor intención de ser quien he venido a ser. 
Los conceptos de lo "bueno" o "malo", lo "correcto" o lo "incorrecto" han dirigido una vida que obviamente no completa mis expectativas. 

Es probable que tú, tanto como yo, en algún momento, te has sentido "especial", una clase de "mensajero divino" por decirlo de algún modo. Y también es probable que,  ante el temor a un juicio, con el cual el ego está de acuerdo, hemos descartado esta "loca" idea. Lo cierto es que sí somos especiales. Hemos venido a aprender pero también a aportar. 

Le hemos tenido miedo a lo ilógico, lo cual nos ha llevado a transitar por los mismos caminos una y otra vez. Si observas a tu alrededor, sólo aquellos que se han atrevido a soñar e imaginar lo imposible, son los que hoy han logrado materializar su objetivo. Han escuchado a su propia voz, han sabido leer y transmitir su verdadero mensaje. 

Tan sólo por citar algunos ejemplos: los hermanos Wilbur y Oliver Wright llevaron a cabo el proyecto del primer avión, construído en un taller de bicicletas en Ohio a principios del siglo XX, Thomas Edison inventor del fonógrafo, la cámara cinematográfica, y la bombilla eléctrica, entre otros, Alexander Graham Bell inventor e ingeniero reconocido ampliamente por inventar el teléfono y contribuir con la aeronáutica, Leonardo da Vinci  conceptualizó el helicóptero, la calculadora, además de crear la Mona Lisa, Marie Curie, fue una científica especializada en la física y la química, famosa por su investigación sobre la radioactividad. Fue la primera mujer ganadora de un premio Nobel. 

La lista es extensa e infinita si nos detenemos a observar a no sólo éstos grandes quienes con sus "ideas locas" han cambiado la historia, sino también a todos aquellos que hoy siguen escuchándose sin miedos.

He aquí el momento en el que uno inevitablemente se cuestiona lo que Iván Ilich, el personaje de Tolstoi, en su lecho de muerte: "¿Y si toda mi vida hubiera estado equivocado?"

Creo saber que no debe existir peor destino para ninguno de nosotros... .