2.12.11

Soledad-es:


 
De vez en cuando la soledad se arrima,
se infiltra en el cuerpo distraído
y se desnuda dentro,
acomodando su silueta
sobre el mullido hueco que deja la nostalgia.

De pronto uno se siente como en cama ajena.
Atrapado en el trayecto desconocido a una ventana,
dominado por el vapor del aliento que choca contra un vidrio,
como queriendo escapar de la hostigadora amante.

Las culpas se presentan de a una,
como quien se exhibe a la entrada de un burdel.
Pareciera convertirse en lujuria y silencio
la oscuridad de la condena.

"La soledad se embriaga en pena
para dormirse al amanecer".

Es extraño...,
te conduce al barranco
pero te salva.

Te limpia,

te purifica,

te consiente,

te renueva,

te reconforta,

te vigoriza.


Debo decir,
 que no avisa,
pero reconoce la urgencia
de limitar al juicio de la conciencia.


Miedo



Le he sugerido al miedo que renuncie
a ésta sumisa razón
que le es tan fiel como una virgen.

Le he insinuado lo inconsecuente de su querencia
que sujeta las manos de una efigie olvidada por el tiempo.

Se me ocurre que entre ambos,
sólo coexiste una relación de costumbre,
que nada tiene que ver con la supremacía ni la lucha.

Lo he invitado a conquistar nuevas mentes
y, ¿qué crees?
Le ha gustado la idea.
Imagino que por sentirse,
mas que por ser.

Lo hemos intentado todo
y de tantas maneras
que al final,
nos dimos por vencidos.

Indiscutiblemente,
la damnificada se tragó al victimario.
(Habrá sido con los años
y seguramente sin masticar).

¿Qué sería del miedo sin mi razón?

Seguramente,
 un nostálgico errante,
un utópico guerrero sin ofensa,
una herida en un soldado de juguete.

Así pues,
he concluido por transformar el concepto.
Sin mí no eres nadie.
Finalmente,
tu esencia es
condicional
a mi debilidad.