28.7.09

PODEROSAMENTE INSIGNIFICANTE


Subestimas mi tamaño.
La insignificancia de mi estructura.
Te admiras de un roble viejo
porque es parte de la espesura,
de la solidéz del tiempo,
de la eterna y sublime bravura.

Tu no ves ni entiendes
de lo ínfimo o lo diminuto.
También un roble viejo
puede estar hueco en su mundo.
Sus raíces enfermas.
Su madera astillarse.
Puede su tamaño sin duda,
a la vista impresionarte.

La estabilidad se pierde mi amigo,
ante una tormenta...,
o aun peor,
ante un solo rayo.

Dónde ha quedado tu roble viejo?
El mas firme?
El mas admirado?

Subestimas mi tamaño,
la insignificancia de mi estructura.
Sin embargo,
soy quien aviva tu sangre
recordándote que eres humano.
Ante el frió abrigo tus manos,
entregándome a la braza.
En mi reposas tu cuerpo,
dándome la forma deseada.
Sobre mi entregas el alma
a la mujer mas amada.

Y hasta cuando quieras morir,
sin esperar a la muerte... .
Hasta en ese momento estoy,
sujetando la cuerda
que ha de arrebatarte tu suerte.

Subestimas mi tamaño
de leño recortado.
La insignificancia de mi estructura,
mi cuerpo maltratado.
Sueño con ser tu roble,
el que engalana tu prado;
mas soy leño
y mi destino,
es morir entre tus manos.