20.8.12

Vida y Muerte



Que no advierta que claudico ante su cuerpo
y que mis venas afloran cual famélicas serpientes.

Se asfixia la vida y se libera el infierno.
Se propaga el arrebato como aceite candente.
 

Puños cerrados denuncian deseos,
infiernos dantescos mutando el sudor.

Que no advierta la sangre usurpando mi vientre,
ni la heroica lujuria devorando al pudor.
 

Son sus ojos donde muero.
Es su cuerpo donde renazco.