19.7.15

A lo que dejó


Debería saberlo,
por lo menos intuirlo;
sin embargo,
nunca ha vuelto a reclamar
lo que ha abandonado
en un sueño
que ocasionalmente me despierta.

Ya no me pertenece,
y aún así,
se aferra a mí
como si fuera su última esperanza.

Si volviera,
le digo,
ya nada podría hacer por ti.
¿Lo entiendes, verdad?