Oscura cavidad,
humedecida alcoba,
verbos embebidos
en noble almíbar.
Es mi cristalina alma
que se acopla
a las curvas sacras
de su boca.
Allí,
donde la muerte es bendita;
se impregna de ardor el cuerpo.
Sin sentidos,
la luz,
no es mas
que una blasfemia.