16.11.09

CAMAFEO


Cubre mi cuerpo del iris desconocido.
Al que le temo.
Mantilla blanca que impone mi ausencia
bajo los látigos del juicio extraño.
Dentro del óvalo,
placenta acordonada a tu cuello,
descanso escuchando tu corazón.
¡Oh Señor!
Vulnerable soy al poder de tu mano.
Semilla en un grano de metal.
Cubre mi rostro de la envidia
que profana al calor de tu pecho.
En un vaivén, acunada por tu compás,
olvido la soledad que me amamanta.
Lágrimas...,
verbo en tu garganta,
(alimento que traes a mi nido).
.