
Vale la pena el antes y el después,
para quien como yo,
solo avanza por alcanzar el momento.
Y es que no existe
logro mayor que el encuentro.
La coincidencia en el trayecto,
el tropiezo imprevisto,
la aproximación impensada
con quien se fusiona el alma
incorporando cada gama
del aura que consuma la obra.
Es la porción de tiempo indefinido,
que se mezcla con el vació,
el silencio y la gloria.
Es la ausencia de lugar e historia,
la desaparición del efecto erosivo
que hasta ese instante
nos descalabra con motivos
para continuar buscando
lo que el olvido ha encubierto.
Y si valdrá la pena el tropiezo constante,
las caídas prominentes
y el paso desconcertante,
que cuando esto sucede,
el consumo del hecho
de dicho encuentro,
se convierte en razón y objeto
para solemnizar a la vida.
para quien como yo,
solo avanza por alcanzar el momento.
Y es que no existe
logro mayor que el encuentro.
La coincidencia en el trayecto,
el tropiezo imprevisto,
la aproximación impensada
con quien se fusiona el alma
incorporando cada gama
del aura que consuma la obra.
Es la porción de tiempo indefinido,
que se mezcla con el vació,
el silencio y la gloria.
Es la ausencia de lugar e historia,
la desaparición del efecto erosivo
que hasta ese instante
nos descalabra con motivos
para continuar buscando
lo que el olvido ha encubierto.
Y si valdrá la pena el tropiezo constante,
las caídas prominentes
y el paso desconcertante,
que cuando esto sucede,
el consumo del hecho
de dicho encuentro,
se convierte en razón y objeto
para solemnizar a la vida.
.
¡Sí que vale la pena
el declive y la subida!
Tan solo por él,
por el segundo perenne,
al encontrarte mi vida... .
¡Sí que vale la pena
el declive y la subida!
Tan solo por él,
por el segundo perenne,
al encontrarte mi vida... .
.
4 comentarios:
Gracias querida Caro por regalarnos el arte de tu alma y tu corazón y algo más.
Besos y más.
Gastón
Gastón,
no me des las gracias.
Es verdadero regalo es el que el alma sea leída por poetas como tu... .
Besos y más.
Caro
Mi adorada Caro.
Hay momentos eternos que se nos quedan agarrados al alma y la conciencia.
Segundos, décimas de segundos que pueden girar para siempre el curso de nuestras vidas.
Te quiero mucho amiga mía.
Qué suerte que estés aquí.
Caro
Encuentro condensada toda la felicidad en la última estrofa.
Realmente bello.
Un beso
Publicar un comentario