No se confunda mi ruego
con letanías impostoras,
que del falso credo
profeso sólo el "aquí y ahora".
A lo largo de cien vidas,
excitaré al pecado.
No verán mis culpas
a éste cuerpo doblegado.
*
Justificará el deseo
nuestra ecuánime condena.
Prescindirán las almas
de la adherida pena.
Llegaremos al Juicio,
tal como nos hemos disfrutado,
deleitando las quimeras
2 comentarios:
Amiga del alma:
Tanto tiempo sin leerte por circunstancias de la vida, de mi vida.
Este escrito pregona el aquí y ahora y no teme porque simplemente vive el momento. A pesar del tono gris de tu de decir se siente la fuerza y la vitalidad de tus letras.
Un gusto enorme volverte a sentir en mi emoción.
Serge.
No hay pecado. Pecado es no amarse sin límites ni censuras. Un abrazo. carlos
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